14.10.08

Vaya día de mierda!

El despertador no ha sonado. He llegado media hora tarde.
Excusa: ha sido por los retrasos de Renfe.
Problema: Parece que no soy la única persona en esta empresa que usa el transporte ferroviario para ir al curro.
Consecuencia: me he tenido que quedar media hora más currando.

Mientras esperaba al tren, visualizo a lo lejos una de esas máquinas expendedoras de productos "alimenticios" que tanto me gustan (los productos, no las máquinas).
Me acerco y me dispongo a cojer algo.
Dudo entre dos cosas.
Bah! qué más dá! Hoy me doy un caprichito!
Tiro 2 euros, apreto el 45 y... Click! La máquina me ha dado el producto de al lado!
Bueno, las cañas de chocolate también me gustan, aunque se me hacía la boca agua al pensar que me iba a comer una palmera.
Recojo el cambio. Tiro un euro. Siguiente producto nº 23.
Moooooooooooc! Error! La he cagao!
He apretado el 26! Y no hay nada!
ME VOY!

ME VOY "con la mosca en las narices" cuando me llama mi señor padre para decirme que la perra de mi madre se dejó las pastillas de la tensión en su casa (mis padres están separados) y que pasara por su oficina a buscarlas.
Solo me faltaba eso. Tenía unas ganas terribles de llegar a casa y fumarme un troncho de los mios... Pero no! Debía ir y recojer las pastillitas de la señoritinga.
Así que nada. Me dirijo al edificio de mi papaito y al llegar descubro que el puto ascensor no funciona y me toca subir ocho putos pisos andando.
Para entretenerme mientras lucho con las escaleras, maldigo a mi madre una y otra vez por tener menos memoria que un pez (bueno, quizá una mosca tiene menos memoria que un pez, no?).

Recojo las pastillas, me vuelvo a casa y al llegar... ¡voilà! el calentador se ha estropeado y me toca ducharme con agua fría.
Así que decido tomármelo con calma.
Me preparo mi cigarrito aliñado mientras pienso cómo hacerlo para no tener que lavarme con agua fría.
Pienso en Dawin. Pienso en la evolución de las especies. Pienso que, como buenos descencientes de los cro-magnones que somos, sobrevivimos a los neardentales porque nuestra manera de pensar era razonando y no memorizando. Así evolucionamos. Y si estoy aquí, no seré menos.
...
Decido calentar agua en ollas y bañarme mezclando el agua caliente con la fría que sale de la bañera.
Recuerdo que no tengo tapón para poder llenarla.
Maldita hija de puta mi madre que se llevó todos los tapones para que no gastara agua bañándome.
Joder, ¿de dónde podía sacar ahora uno?
"Las grandes ideas solo se te ocurren fumado" decía un amigo mio.
Pienso en ello.

Y como los dibujos que se les enciende una bombilla, a mi, me iluminaron.
Cojo un trapo de cocina y lo pongo dentro de una bolsa de plástico del súper. La cierro bien. La coloco dentro del orificio de la bañera, presiono bien y... c'est tout! (para que luego no digan que el frances que aprendes en el cole no sirve de nada). Con el cutreinvento he conseguido lo que quería. El plástico de la bolsa no deja pasar el agua y el trapo ayuda a hacer presión en el agujero y así encaja a la perfección y no se sale.
Y por si alguien no se lo cree, aquí dejo algunas imágenes que lo corroboran.

2 comentarios:

Ana Jose Lucerga dijo...

ay no puedo evitar pensar como tu madre
cuanta agua!!!!
la reutilizaste?????
espero te sentara bien el baño

Hooked On dijo...

Eso de reutilizarla... me has hecho pensar en una serie de TV británica, The Young Ones, muy buena por cierto.