19.9.08

v. 1.0 beta



Esa noche no pude dormir.
Desde la imperiosa ventana de mi habitación contemplaba sin cesar la majestuosa luna llena acompañada de pequeñas nubes casi transparentes danzando a su alrededor.
No podía dejar de mirarla.
Sentía una gran atracción, no solo física, hacia aquel astro que a tantos poetas había inspirado tiempo atrás.
Ahora empezaba a entender por qué la llamaban La Dama Blanca.

Mientras me fumaba mi "Frédéric Kanouté" de buenas noches sentí que La Dama Blanca me susurraba sonidos guturales ininteligibles.
Al principio me parecía indescifrable. Pero si aguzaba el oído podía llegar a captar, aunque no la plenitud del mensaje, pero sí palabras puntuales que uniéndolas como piezas de un puzzle adquirían, al menos para mi, cierto sentido.

apagar / gea / infierno / todo / antónimo

Esas fueron algunas de las palabras que pude entender.

De todo esto mi conclusión era solo una.

Se me acababa de desvelar el futuro de la humanidad. Más bien dicho, de mi dependía que aquella revelación llegara a hacerse realidad. En mis manos estaba el futuro de la humanidad. Y esa responsabilidad pesaba demasiado sobre mi.

De todas esas palabras, la última era la que más me desconcertaba.
¿Significaba acaso que debía dar la vuelta a todo el mensaje y leerlo al revés? es decir, ¿buscar el sentido contrario del mensaje?
¿o significaba que los antónimos también desaparecerían junto con todo?

5.9.08

No veo la tele

No veo la tele pero mirando el flog de un amigo me he enterado de una de las pífias más buenas de estos últimos días.
En el programa Está pasando, Paqui Peña destroza un castillo de arena que el constructor había hecho en 17 días!
La reacción de Paqui es buenísima, y la actitud del constructor aún más!


31.8.08

Maldito cabrón!!

No puedo continuar viviendo así.

Está claro. Alguien intenta hacerme daño. A mi o a mi familia (o a ambas).

Desde hace una semana no tengo luz en casa.
Curiosamente el único interruptor que no funciona es el de la luz. Cuando lo enciendes, saltan los plomos y se va todo al garete. Así que no lo puedo encender.
Hay electricidad. Puedo enchufar aparatos. Puedo conectar la radio, el teléfono, la tele... Pero si enchufo una lámpara e intento hacerla funcionar, nada, no lo consigo. Y no creo que todas las lámparas de mi casa estén rotas.
Quien haya provocado esta situación sabe que le tengo un miedo terrible a la oscuridad.
Siento que de un momento a otro vendrá alguien por detrás mio y me atacará con un objeto punzante. Y no parará hasta conseguir mi muerte. Lo sé. Lo preveo.

Tengo la leve sospecha de que podría ser mi vecino quien ha creado este plan perverso y maligno.
¡Sí! ¡Debe ser él!
El otro día cuando entraba en casa me lo encontré en el jardín con unas tijeras de podar grandes y enormes que parecían estar muy bien afiladas. Al verme, se dirigió hacia mi y me dijo:
- Cada vez oscurece más temprano, ¿verdad? -yo no contesté- ¡Cómo se nota que se acaba el verano!

¡El muy hijo de puta sabía que al día siguiente me quedaría sin luz! Con esas palabras me estaba avisando de que iba a por mi. De que no pararía hasta que no llevara a su fín todo aquello que había tramado. Y yo, en aquel momento, no supe descifrar el transfondo de sus palabras.